Taharoa era un pequeño niño que vivía en una isla triangular alejada de todo continente, llamada por algunos Rapa Nui. Le gustaba trepar las rocas y recorrer la costa recolectando tesoros y regalos del mar. Una tarde en que soplaba el cálido viento del norte, Taharoa bajó a la playa, y atrapó con una boya a un diminuto pez amarillo. Con cuidado lo llevó a su casa y prometió a sus padres cuidarlo y hacerse cargo de él. Todos los días, después del colegio, Taharoa bajaba al mar en busca de agua fresca y alimento para Iti- Iti, su pez. Se divertían mucho juntos, pero a medida que el pez fue creciendo, fue perdiendo también su alegría. Preocupado, Taharoa conversa con su padre que le ayuda a encontrar una solución a su problema.
Este relato nos traslada a los paisajes y a la cultura Rapa Nui y nos habla sobre el cuidado y el respeto que merecen los animales.